Estimados lectores.
Antes de entrar en materia es conveniente plantear, que el concepto “expresión” es aquel que nos informa de la manifestación de un pensamiento, sentimiento o idea.
Cuando decimos que Goya (1746 – 1828) (en imágen) o el Greco (1540/ 41 – 1614) son “expresionistas” en determinados momentos de su carrera, nos referimos a que en algunas de sus obras, la forma de recrear la realidad común, es decir, aquella que es aceptada e identificada por todos, se nos presenta distorsionada, grotesca ó caricaturizada, bien sea por medio del color, de la forma, o por ambos aspectos a la vez.
Por lo tanto podemos afirmar que el expresionismo es un fenómeno atemporal, que se puede dar en la obra de varios artistas, en diversas épocas o etapas de la historia del arte. Pero por otro lado, es también el término con que se define una de las Vanguardias del siglo XX que trataremos en esta ocasión y que tiene su origen en Alemania, alrededor del año 1905.
El Fauvismo (la vanguardia que analizamos en el artículo anterior) era la vertiente francesa del Expresionismo alemán. Tanto uno, (el francés) como otro, (el alemán) tienen la expresión como vinculo común de sus intenciones de discurso, pero este aspecto es tratado desde diferentes propósitos o puntos de vistas y con diversos modos de manifestarse.
Los Fauvistas o Expresionistas franceses están más cerca de esa pintura amable, de un ambiente menos problemático y entienden el ejercicio de su arte como algo agradable y placentero que invita al espectador a olvidar sus problemas para recrearse en la belleza de los colores. Los alemanes por el contrario, son herederos de una tradición gótico – nórdica que se diferencia culturalmente de la mediterránea y que se presenta de un modo más angustiado y gris, haciendo énfasis sobre un sentimiento a veces trágico de la existencia.
Es bueno recordar que si con el Impresionismo se iba de fuera hacia dentro, en tanto que sus artistas centraban su interés en los aspectos luminosos del color, el artista Expresionista (tanto en el caso de los franceses, como en el de los alemanes) recorren el camino inverso, es decir, del interior al exterior, proponiéndonos un resultado cromático en uno y formal en otro, de gran vigor y fuerza expresiva, donde la realidad interior del artista, resulta ser el aspecto de cardinal importancia y “leitmotiv” en la lectura del discurso de sus obras.
El Expresionismo alemán pretende darnos en su mensaje, un contenido interno, su propio Yo, con sus problemas, angustias, miedos y ansiedades. Todo esto se volcará en el lienzo, pero con la intención de que el contemplador se proyectara o identificara con el motivo tratado, es decir, compartiera esa exteriorización emocional. Y para logra esto y en contraposición a sus colegas franceses, no se podía realizar una obra “bella” y agradable. Si se deforma la anatomía para rescatar de ésta un aspecto más grotesco, caricaturizado e inquietante, no se puede estar pendiente de obtener un resultado "bonito" en la imagen o en el motivo.
Al igual que sus colegas franceses, los expresionistas se anteponen a los cánones estéticos academicistas de su época. Sus principales fuentes inspiradoras la podemos encontrar en artistas tales como: Tolousse-Lautrec (1864 – 1901), Vincent van Gogh y Paul Gauguin, todos ellos post-Impresionistas, de los que tomaran la fuerza expresiva del color. Pero también son referentes de estos (aunque mucho más lejanos en el tiempo) el pintor neerlandés Jerónimo Bosch, “El Bosco” (1450 – 1516), por el carácter simbolista de sus obras, el Greco, por las estilizaron de sus figuras en ambientes de gran dramatismo místico y Goya (principalmente en la etapa de sus pinturas negras) las cuales les aporta la expresividad distorsionada en la estructura anatómica de las figuras humanas.
Una importante y enriquecedora influencia para el Expresionismo (especialmente en Alemania, donde desarrolló gran parte de su carrera) fue la obra del noruego Edvard Munch (1863 – 1944) que tenia buen conocimiento de la obra de Van Gogh y de Gauguin. Sobre todo a partir del último cuarto del siglo XIX, cuando su color se torna violento y sus formas se distorsionan para expresar las emociones más elementales de temor, amor y odio. También la obra del belga James Ensor (1860 – 1949) va a marcar de manera determinante una referencia obligada en este movimiento artístico.
El primer grupo expresionista creado en 1905 en la ciudad de Dresde, se llamó “Die Brücke” (El puente) su nombre viene dado, porque sus primeros componentes eran en su mayoría estudiantes de arquitectura y para explicarlo de una manera propia, se utiliza la palabra “Puente”, lo cual propone un paso de un estilo a otro, además de servir de enlace entre todos los elementos agitadores y revolucionarios. Aunque “Die Brücke” no contaba con un líder de grupo, es Ludwig Kirchner (1880 – 1938) el que aglutina a sus miembros. Al grupo se van incorporando de manera paulatina artistas tales como: Otto Müller (1874 – 1930), Max Prechstein (1881 – 1955), Erich Heckel (1883 – 1970), Karl Schmidt-Rottulff (1884 – 1976) y Emil Nolde (1867 – 1959) entre otros. El grupo permaneció vigente en Dresde hasta el año 1912, fecha en que se traslada a Berlín, continuando y desarrollando una labor que se distingue por la preocupación de los aspectos de la sexualidad, la política, la moral y las raíces de la expresión artística.
Como necesidad de expansión del mensaje artístico, los expresionistas utilizan vías de multiplicación de la imagen como el grabado, encontrando en este período, ejemplos significativos de técnicas tales como: la litografía, aguafuertes y xilografías.
Otra vía o grupo conocido del Expresionismo alemán y de marcada relevancia lo es, “Der Blaue Reiter” (El jinete azul) que tiene su sede en la ciudad de Munich. Esta ciudad tenía una tradición artística y cultural superior a Dresde, pues había sido un centro importante de florecimiento del modernismo alemán, el “Jugendstil”.
Der Blaue Reiter, tiene sus orígenes en la Nueva Asociación de Artistas, (la NKV). Dicha asociación promovía con cierta periodicidad exposiciones de obras de vanguardias como las de: Picasso, Braque, Derain etc. Las diferencias entre algunos de sus miembros provocó la ruptura de la misma, lo cual trae consigo que una parte de sus miembros disidentes, realizara una exposición que ilustrara sus preceptos y enfoques artísticos del momento. Estos emancipados artistas, entre los que se encontraban el pintor ruso, Wassily Kandinsky (1866 – 1944), Franz Marc (1890 – 1976), Paul Klee (1879 – 1940) y August Macke (1887 – 1914) entre otros, formaran el grupo “Der Blaue Reiter” (El jinete azul) en la ciudad de Munich, en la Alemania de 1911.
Como aspecto anecdótico: El nombre de “El jinete azul” – según Kandinsky – surge de la coincidencia por el gusto hacia el color azul, que tenían él y Franz Marc y por otra parte, a este último le gustaban también los caballos y a Kandinsky los jinetes.
De las filas del grupo, “Der Blaue Reiter” saldrán algunas de las figuras más importante de los movimientos artísticos posteriores al Expresionismo como la abstracción, además algunos formaran parte de la sección llamada, Maestros de la Forma de la Bauhaus alemana.
En 1918, al finalizar la primera guerra mundial, El Expresionismo se popularizo notablemente, el ambiente de postguerra sumergido en una crisis, política, social y económica, favorece el desarrollo de una iconografía realista, agresiva y antiidealista que nos mostraba el Expresionismo.
En la ultima fase del Expresionismo Alemán, previa a la dispersión Hitleriana – la cual, lo consideraba un arte Degenerado – aparecen otras figuras de gran importancia para el movimiento como son: el austríaco, Oskar Kokoschka (1886 – 1980), el belga James Ensor (1860 – 1949) y los alemanes Otto Dix (1891 – 1969) y George Grosz (1893 – 1959) estos últimos, serán el nexo de unión entre el Expresionismo y el Dadaísmo.
El Expresionismo fuera de Alemania:
El pintor francés Georges Rouault (1871 – 1958) al que muchas veces se le vincula con los “Fauves” – por exponer juntos – refleja en sus obras un sentimiento de ambigüedad entre lo profano y lo religioso, de cromatismo agrio delimitado por fuertes líneas de color negro – lo que nos recuerda su oficio de emplomador de vidriera – es más a fin con los preceptos Expresionistas, que con los de los Fauvistas.
El italiano afincado en Francia, Amadeo Modigliani (1884 – 1920) nos muestra una iconografía de reminiscencia del arte primitivo, la pintura renacentista y manierista italiana, donde el lenguaje “Expresionista” se traduce en formas alargadas y distorsionadas, sin que esta deformación implique dramatismo, sus obras se nos muestran en una atmósfera de serenidad y dulces escenarios.
En España, aunque no podemos decir que exista un movimiento Expresionista, podemos encontrar a algunos artistas que sí manifiestan un lenguaje iconográfico similar al de sus vecinos alemanes, como es el caso de los pintores: Isidro Nonell (1873 – 1911), Gutiérrez Solana (1881 – 1945) y por ultimo, en su etapa azul, el del malagueño Pablo Ruiz Picasso (1881 – 1973) donde nos muestra una iconografía cargada de gran dramatismo, soledad y marcado patetismo, actuando como protagonistas de las obras personajes marginados, mendigos, ciegos y seres desvalidos lo cual se ajusta a la intención conceptual Expresionista. Este insigne artista del siglo XX, desarrollara su carrera, hacia otras tendencias port-impresionistas, situándose como protagonista y creador del Cubismo, unos años después.
El Expresionismo incursiona en varias disciplinas artísticas como: la escultura, la arquitectura y el cine, destacándose en cada una de ellas artistas tales como:
Ernst Barlach (1870 – 1938) (en imágen) escultor, grabador y escritor alemán. Erich Mendelsohn (1887 – 1953) arquitecto. Walter Gropius (1883 – 1969) arquitecto, diseñador y profesor fundador de la Bauhaus. Käthe Kollwitz (1867 – 1945) escultora y artista gráfica alemana. Hans Luckhardt (1890 – 1954) arquitecto y diseñador alemán. Fritz Lang (1890 – 1976) director austriaco – americano del film, “Metrópolis” en 1927. Robert Wiene (1873/80 – 1938) director alemán del film “El gabinete del Dr. Galigari” en 1919.
Les espero en la próxima entrega donde les hablaré del Futurismo, una singular Vanguardia artística que espero resulte de su agrado y provecho.
Amaury Suárez.
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